El Belén de Alicante pretende convertirse en el más grande del mundo, un puesto que actualmente ostenta México. Para lograrlo, el Ayuntamiento, gobernado por PP y Ciudadanos, ha instalado unas enormes figuras de los principales personajes: el niño Jesús, que mide 3 metros de largo, la virgen María, de 10,5 metros, y San José, de 17 metros.
Para la ocasión, el Consistorio se ha gastado 123.200 euros a pagar durante los tres próximos años, a los que hay que sumar 14.900 euros, una cifra que no había desvelado el municipio y que corresponde al precio que cuesta solicitar la inclusión del Belén en el Libro Guinness de los Récords.
«Lo que no puede permitirse es que en estos momentos Alicante se gaste un dinero público en esta clase de acciones justificando que el ‘monumento’ pasará a ser patrimonio municipal. Es un año especial y es una Navidad muy especial. No criticamos la obra en sí, sino el concepto, el momento en el que se hace, con una crisis de emergencia social como lo demuestra el hecho de que en los soportales de esa misma plaza hay indigentes ‘tirados’ a pesar de la lluvia y el frío que hoy hace en Alicante», ha criticado Paco Sanguino, portavoz del grupo municipal del PSPV-PSOE.
Compromís también se ha sumado al rechazo de esta iniciativa, destacando lo incorrecto de «ocultar» la cifra de la certificación Guinness y exigiendo la publicación de «toda la documentación», incluyendo el coste del contrato, la certificación para obtener el récord mundial y los gastos paralelos como la iluminación.
El concejal de Fiestas, Manuel Jiménez, ha negado que haya habido una «ocultación» porque «siempre se ha dicho que se iba a solicitar un Récord Guinness» y «nadie había preguntado lo que costaba».