Ana Botín, presidenta del Banco Santander, se ha sumado a la moda de los jet privados que existe entre las clases más altas de la sociedad.
La presidenta del gigante financiero ha decido hacerse con su propio jet privado para el uso de los directivos de la empresa. Con un coste de 45 millones de euros, el Bombardier lo pagará Santander en tres cuotas, habiéndose pagado ya dos de ellas de 27 millones de euros.
En medio de la crisis económica provocada por la pandemia, Ana Botín ha decidido premiar a los directivos de la empresa con este nuevo vehículo pero, en cambio, ha decidido prescindir de 4.000 trabajadores a la par que cerrará 1.000 oficinas. Esta cifra supone un 14,7% de la plantilla nacional, actualmente formada por 27.053 trabajadores.
Así lo confirmó el Banco Santander este viernes a los representantes de los empleados, anunciando un ERE que se llevará a cabo el primer trimestre del próximo año, justificado por «causas económicas, productivas y organizativas». El banco cerró los primeros nueves meses del año con unas pérdidas de 9.048 millones de euros, provocadas por el incremento de provisiones para cubrir los futuros riesgos de la pandemia y los ajustes en los fondos de comercio de sus filiales extranjeras.