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Así vivimos el Primavera Sound 2018

Primavera Sound, un festival diferente

Este ha sido nuestro primer año en el Primavera Sound. No podíamos perdernos un festival tan iconoclasta en nuestra ciudad de origen, Barcelona, y quisimos saber de primera mano por qué es un festival de referencia en Europa.

Cada año desde su inicio, el Primavera siempre ha intentado llevar a artistas diferentes que no terminan de casar con un mood general. Recordamos sonadas ediciones donde llevaron al grupo de metal Slayer, a Los Chichos o esta misma edición con Amaia, la estrella de Operación Triunfo.

¿Por qué cada año se dice que «esta es la edición más arriesgada del Primavera«?

Amaia, de la TV al indie

Fue el primer concierto al que acudimos, después de los conciertos gratuitos del jueves, donde vimos a Yung Beef, uno de los artistas de música trap que están revolucionando todos los medios en España, y a Belle and Sebastian, el plato principal del día.

El aforo era limitado para ver a Amaia, pero haciendo una breve cola estábamos dentro. Amaia dio un concierto pequeño, íntimo y relajado, y en el público no solo encontramos a fans de Operación Triunfo, ni siquiera a fans de su carisma y manera de ser, nos encontramos sobre todo a gente descubriendo música nueva, indiferentemente de su origen: un programa de televisión, un concurso o de la misma escena local.

Pronto nos dimos cuenta de que íbamos a caminar: El Primavera es un festival gigantesco. Nuestros grupos favoritos de música tecno del primer día (Pépe, DJ Seinfeld, Ross from Friends) tocaban en una punta, y grupos indie, como la conocida Björk (Que no hizo ninguna declaración sobre la independencia) tocaban en la otra. Había incluso un bus que conectaba partes del festival. ¡Todavía nos duelen las piernas!

Allá donde miráses había gente. Con una oferta para todos los gustos, nunca había un spot vacío o un concierto desacertado. En definitiva, una enorme cantidad de gente pasándoselo bien.

El público, el verdadero protagonista

Hablamos con mucha gente dentro del festival. Diferentes backgrounds, tipos de público, una notable mezcla de procedencias. Estudiantes, turistas, jóvenes y no tan jóvenes, hay sitio para todo el mundo.

Lara, de 23 años, estaba ahorrando para comprar el abono:

«Me lo he perdido ya varios años, pero este año me lo compré nada más salir a la venta, sin conocer el cartel. Me fié del criterio y de los grupos de otras ediciones, y me salió muy bien la apuesta»

El precio del abono está muy bien teniendo en cuenta la gran, enorme cantidad y calidad del cartel. Lo puedes comprar a ciegas antes de saber siquiera quien va a tocar, o puedes ir esperando y viendo como aumentan los nombres y el precio.

Nos encontramos a un grupo de habituales. El ambiente habla por si solo, imaginamos que hay gente que viene solo por la fiesta y no por la música. Nuestro amigo y compañero Olivier, de 32 años, nos lo confirma:

«Vienes al Primavera por la experiencia y el ambiente que se crea, la música en festivales no se entiende igual que en una sala más pequeña. La música no brilla tanto en espacios tan grandes, pero se compensa por el calor del público y la energía»

En la zona de prensa hablamos con Adam, un crítico de música de Pitchfork de 41 años que no tiene ni la pulsera de autorización:

«Es el festival de música más dispar. El único del mundo donde puedes encontrar una banda de death metal y otra de pop azucarado solapándose, compartiendo casi escenario y horario»

Rato después, seguíamos perdidos en el festival, dejándonos llevar y disfrutándolo.

Habrá que ir a la próxima, ¿no creéis?

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