La pandemia del Covid-19 está teniendo un preocupante efecto colateral: agravar otras enfermedades por el recelo de los pacientes a acudir a las urgencias hospitalarias por temor a contagiarse.
Durante los últimos meses se ha observado un aumento de la mortalidad por infarto de miocardio, pero también otra consecuencia menos tratada: el incremento en el número de partos de bebés muertos que se está produciendo en todo el planeta.
Esta semana, la revista científica ‘Nature’ publicó un artículo en el que ahondaba en esta situación, que los investigadores explican con la reducción de los cuidados médicos a las mujeres embarazadas a causa de los confinamientos.
El mayor estudio científico realizado hasta el momento sobre esta cuestión fue publicado en la revista Lancet en agosto y analizó datos de 21.763 mujeres que dieron a luz en nueve hospitales de Nepal entre enero y mayo de este año.
La investigación, liderada por el epidemiólogo Ashish K.C, concluyó que los partos de bebés muertos habían crecido un 50% entre marzo y mayo, con un aumento especialmente fuerte durante los meses del confinamiento mundial.
«Lo que hemos hecho es provocar accidentalmente un aumento en los partos de fetos muertos al tratar de proteger a las mujeres embarazadas de la Covid-19», ha afirmado la especialista en obstetricia Jane Warland a ‘Nature’.