El epicentro del turismo de borrachera en Mallorca, formado principalmente por tres calles de los municipios de Palma y Calvià, ha sido clausurado hasta dentro de dos meses por el Govern balear. Con el fin de evitar escenas como las del pasado fin de semana, con cientos de turistas sin mascarilla y sin guardar la distancia de seguridad, cierran sus puertas a partir de hoy todos los bares, restaurantes y locales situados en la calle del jamón y calle de la cerveza, en la Platja de Palma, y Punta Ballena, en Magaluf.
Asimismo, todos los bares de Platja de Palma y Magaluf, en Mallorca, y el West End, en Eivissa, deben cerrar sus interiores. Únicamente podrán abrir las terrazas con un aforo máximo de 100 personas, que deberán estar sentados en mesa, pues se prohíbe el uso de taburetes de barra.
Tampoco está permitido el uso de cubos y de pajitas de más de 30 centímetros para consumir bebidas alcohólicas, una práctica común en estas zonas.
Iago Negueruela, conseller de Model Econòmic i Turisme, ha asegurado que «no se va a tolerar según qué comportamientos». «No queremos este tipo de empresarios ni este tipo de turistas«, ha sentenciado.
Por otra parte, Isabel Castro, consellera de d’Administracions Públiques, ha anunciado que a partir de hoy se reforzará la presencia policial en el área, recordando también que el quebrantamiento de estas normas puede suponer una multa de hasta 60.000 euros para los turistas y 600.000 euros para los propietarios de locales.
