El informe anual sobre la salud en Barcelona de 2017 dio una muy buena noticia: la brecha en cuanto esperanza de vida entre barrios en motivo de la renta de los vecinos se reduce. «Cuando llegamos al Ayuntamiento nos encontramos con una ciudad sin liderazgo que había puesto Barcelona en venta», aseguraba la alcaldesa Ada Colau en un mensaje publicado en celebración de la noticia.
«Las desigualdades no paraban de crecer, y había barra libre para la especulación», afirmó en Facebook, donde hizo una especie de cronología de los años de su mandato. La alcaldesa asegura que, tras encontrarse ese panorama, cambiaron «las prioridades» y que «en poco tiempo posicionaron a Barcelona como la primera gran ciudad de toda España con mayor inversión social por habitante«, y agrega que se invirtieron 150 millones en barrios pobres e impulsaron «planes de ocupación y desarrollo local».
Aunque agrega que aún hay mucho por hacer: «Sabemos que todavía son muchas las familias que lo pasan mal y no llegan a fin de mes», asegura. Pero subraya que «mientras en el mundo la grieta de desigualdad se ensancha cada día, en Barcelona la diferencia en la esperanza de vida entre barrios ricos y pobres» se reduce.
Colau celebra para finalizar que estas noticias son «esperanzadoras» y que le «animan a seguir trabajando por una Barcelona» en la que «no haya barrios de primera y de segunda».
