Berlín se enfrenta a un gran problema de encarecimiento de vivienda. De hecho, es la ciudad del mundo donde el precio aumenta más rápidamente, y los berlineses gastan en ello vivienda una media del 46% de sus ingresos. El problema se está agravando hasta el punto que muchos habitantes son víctimas de esta gentrificación. Las autoridades se han visto obligadas a intervenir, comprando cientos de pisos con el objetivo de que las grandes inmobiliarias, que controlan el mercado y poseen cientos de miles de viviendas, no se hicieran con ellas.
Sin embargo, eso no ha sido suficiente, y desde hace un tiempo, las autoridades se plantean hacer un referéndum para expropiar pisos a las grandes inmobiliarias, para poder destinarlos a alquiler social. Más concretamente, la ley que resultaría del referéndum haría que los propietarios con más de 3.000 viviendas en propiedad no pudieran trabajar en la capital alemana. Dentro de este saco entra, por ejemplo, Deutsche Wohnen AG, la inmobiliaria más grande de la ciudad.
Se expropiarían alrededor de 200.000 viviendas, que pasarían a convertirse en viviendas municipales, dirigidas a rentas sociales.
Para poder celebrar el referéndum, deben reunir 20.000 firmas, un objetivo que parece sencillo. Deutsche Wohnen AG, de hecho, es una de las instituciones más criticadas en Berlín, ya que sus prácticas son el mayor ejemplo de la especulación que hace que el precio de la vivienda siga aumentando radicalmente.
