El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, se comprometió ante sus ciudadanos a distribuir gratuitamente vacunas aprobadas por la comisión reguladora Anvisa contra el coronavirus.
No obstante, ha cuestionado en los últimos meses la eficacia de las vacunas que se estaban desarrollando. Ahora, ha anunciado que él no se va a vacunar.
«No me la voy a poner. Es mi derecho«, ha defendido.
Considera poco probable que el gobierno dictamine la obligatoriedad de la vacuna. «Las pondría a disposición de la población de forma gratuita y voluntaria«, ha confirmado.
Brasil es el segundo país del mundo con más víctimas mortales a causa de la pandemia y el tercero con el mayor número de contagiados, solo por detrás de Estados Unidos e India.