Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, ha vuelto a minimizar la pandemia del COVID-19 y ha señalado que el país tiene que «dejar de ser un país de maricas» y debe enfrentarse a la enfermedad con «el pecho abierto».
«Todo es ahora una pandemia», se quejó el presidente desde el Palacio de Planlto, y agregó que «de nada sirve huir de ella, huir de la realidad». «Lamento los muertos, lo siento, pero todos moriremos algún día. Aquí todos moriremos», remachó.
Bolsonaro, presidente del tercer país más dañado por la pandemia en cuanto a casos y segundo en cuanto a fallecidos, siempre se mostró partidario del funcionamiento normal de los comercios y muy en contra del uso de la mascarilla y el confinamiento.
Escéptico con la ciencia, Bolsonaro es culpable de los más de 5,6 millones de contagios que acumula Brasil y de más de las 162.000 muertes por COVID-19.