Boris Johnson, primer ministro británico, ha sido el último líder europeo en anunciar el confinamiento de su país: Inglaterra estará confinada desde este jueves hasta el próximo 2 de diciembre en un intento de frenar la segunda ola, que azota con gran fuerza a toda europa.
«Quedémonos en casa, salvemos vidas». Así se dirigió Johnson a los ciudadanos, pidiendo que cooperen en la tarea de contener la pandemia lo máximo posible. El político asegura ser «consciente» del «daño» que supone una medida así, pero ha explicado no poder «obviar» los gráficos que muestran proyecciones «terroríficas» y vaticinan contagios e ingresos mayores a los de la primera ola.
«El virus se está expandiendo más rápido de lo que imaginamos en el peor escenario», reconoció Johnson. De hecho, llegó a decir que esta circunstancia podría llevar a los sanitarios a elegir entre «quién vive y quién muere».
En este confinamiento, las escuelas, institutos y universidades seguirán funcionando, mientras que los sectores que no puedan teletrabajar podrán seguir en funcionamiento. Los pubs, bares y restaurantes deberán cerrar, aunque podrán ofrecer productos para llevar o repartir a domicilio. Los comercios no esenciales, como peluquerías o centros de ocio, se mantendrán cerrados.
Así mismo, Johnson anunció una prórroga de las ayudas para abonar los salarios de los trabajadores que no puedan seguir con su actividad. Las reuniones sociales se prohíben entre personas no convivientes y los gimnasios cerrarán, aunque se permitirá el ejercicio físico en el exterior sin limitación de horario.
Reino Unido acaba de superar el millón de casos confirmados desde que estalló la pandemia, con 21.915 nuevos positivos en las últimas 24 horas, con un total de 1.011.660 contagios. Sin diferir demasiado, en España llevamos 1,19 millones de positivos totales y 25.000 contagios registrados en las últimas 24 horas.