Las restricciones comedidas en la Comunidad de Madrid comienzan a ser inútiles: los contagios han pasado la línea de control, los centros médicos, hospitales y UCI’s están saturados, y las muertes no dejan de romper techo de cifras anteriores.
Una de las cosas que la gran mayoría de los expertos virólogos aconsejan es que se tomen medidas extremas en Madrid. Es decir, vuelta al confinamiento. Y para conseguir esto, la Comunidad debería pedir el Estado de Alarma, varias veces cedido por el Gobierno central y puesto a disposición de Ayuso como última carta.
Y es aquí donde nos encontramos con un muro: Pablo Casado ha vetado que las Comunidades lideradas por el PP puedan pedir el Estado de Alarma al Gobierno central. Así lo adelanta La Razón, que explica como hay varias autonomías que ya han sopesado sobre la conveniencia de solicitarlo, aunque la que más intriga y preocupa es Madrid.
El Gobierno de Ayuso, al pedir el Estado de Alarma, se enfrenta a aceptar y enmendar su error, decirle a los de las cacerolas de Salamanca que se equivocaron, y admitir que deberían haber aprobado las prórrogas, además de comerse tener que comerse todos sus feroces ataques al Gobierno de Sánchez y sus «innecesarias medidas».
Desde el medio citado anteriormente, las voces interiores aseguran que el problema está en que «las comunidades hemos ido por libre y vamos a pagar caro la estrategia de descargar la autoridad en el otro».
De momento, se prevee que el Gobierno central mantenga su posición y se limite a poner efectivos de las autoridades y Ejército para cumplir con las medidas que Ayuso transmita al Palacio de La Moncloa, aunque el propio Salvador Illa ya ha instado este sábado a la presidenta a «revisar» sus medidas, que siguen siendo demasiado flojas, y casi la deja contra las cuerdas de lo que parece tabú en Partido Popular: el Estado de Alarma.
