Este viernes, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, fue entrevistado en ‘Al Rojo Vivo’, donde criticó al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, por el símil que hizo entre los exiliados republicanos y la marcha de España de Carles Puigdemont.
«No puede decir lo que dijo de familias represaliadas, como la mía, comparándola con un prófugo de la Justicia. Comparando a los exiliados con alguien que ha dado un golpe», afirmó Casado.
No es la primera vez que utiliza como argumento a su abuelo republicano. Ya en el debate sobre la exhumación de Franco del Valle de los Caídos dijo lo siguiente: «Mi abuelo fue una víctima del franquismo y lo vivimos en nuestras propias carnes, vamos. Mi abuelo estuvo condenado a 30 años de cárcel, y gracias a dios lo pudo contar, pero podía no haberlo contado».
Sin embargo, el abuelo de Casado está lejos de haber vivido la crueldad extrema del franquismo. Herman Blanco Ramos, según consta en la Fundación Pablo Iglesias, se hizo militante de UGT en la República y fue detenido en Palencia poco después de que las tropas franquistas iniciaran la Guerra Civil. Sí fue condenado a 30 años de prisión, pero no terminó en una cuneta, sino que salió de la cárcel en 1941, habiendo cumplido dos años y medio de los 30 de condena.
La vida del abuelo materno de Casado no volvió a sufrir ninguna persecución política, a diferencia de las de muchos otros que siguieron en la cárcel o fueron fusilados. Además, cuando salió de prisión, la dictadura no le puso ningún problema para crear una clínica en Palencia.
En 1956 se borraron sus antecedentes y en 1961 ya aparecía en el ABC destacado entre la clase dirigente del régimen, asistiendo a una boda de la que hizo una reseña el periódico y donde los testigos eran dirigentes falangistas como como Raimundo Fernández Cuesta, Juan Antonio Ruíz de Alda y Epifanio Ridruejo.