Un juzgado de Sevilla ha condenado a nueve meses de prisión a una mujer de 53 años por un delito de maltrato animal que acabó con la vida de una perra.
La condenada explicó en la sentencia que Coco, su perra de agua de un año, se había convertido para ella en «una incómoda presencia». Además, una amiga ha explicado que días antes de matarla ya la había abandonado en la calle porque a su nueva pareja no le gustaba.
Poco después decidió asfixiar al animal atándola con una gasa alrededor del cuello, hecho que el magistrado resaltó por su «crueldad», además de la «muerte innecesariamente lenta». Tras ello, fue hacia el contenedor con el animal en la bolsa, desviándose para que una amiga suya que trabajaba en un local cercana no la viese.
Sin embargo, la amiga, junto a otra persona, la siguieron y vieron cómo tiraba la bolsa a un contenedor, y comprobaron que dentro de la bolsa se encontraba el animal que, según ellas, aún tenía el cuerpo «caliente» y con el chip identificativo.
La condenada negó los hechos y aseguró que se la había regalado a un vecino «por un virus canino que padecía». La jueza confirmó los nueve meses de prisión y la prohibición de tener un animal durante cuatro años.