Esta noticia está corriendo como la pólvora en Estados Unidos, y la rescatamos para analizarla en nuestro país, donde la justicia también tiene resultados indignantes la mayoría de las veces.
Al parecer, un hombre de Stockton, California, fue a juicio por la violación de una niña de 5 años. El terrible crimen ha tenido como resultado una condena de 90 días de arresto domiciliario y 5 años de libertad condicional «informal».
El acusado, Lyle Burgess, un hombre de negocios de 79 años, se declaró «no contest» ante los cargos de violación. El «no contest» (o nolo contendere en latín) es un tipo de declaración en los juicios norteamericanos. Normalmente, uno suele declararse «guilty» (culpable) o «not guilty» (no culpable). En este caso, «no contest» se podría traducir como «no refuto los cargos«, el acusado no discute los cargos en su contra, pero se rehúsa a declararse culpable o inocente. Es parecida a declararse culpable. Spiro Agnew, político estadounidense, una vez describió este tipo de alegato como: «I didn’t do it, but I’ll never do it again» (No lo hice, pero no volveré a hacerlo).
El abogado que representa a la familia de la niña afirma que normalmente, la sentencia acabaría en prisión estatal, y que al salir, el agresor se tendría que registrar como delincuente sexual. Lyle Burgess no tendrá que hacerlo, pues su condena solo es arresto domiciliario.
Al parecer, este hombre se ha aprovechado de su poder, riqueza e influencia en la comunidad para atenuar su condena. Este presunto violador regenta una fábrica y distribuidora de partes automotrices, Rare Parts Inc. Su capital es muy elevado. El abogado de la familia agrega:
«Es un hombre rico, esto es solo un ejemplo de como las personas ricas escapan a su pena, una y otra vez»
El asalto sexual ocurrió en 2016, cuando la familia fue invitada a la cabaña de Burgess en el condado de Calaveras. El agresor era amigo de la familia, y se aprovechó de ellos. Y una vez más, la justicia se aprovechó también de los más débiles.
Usuarios de Twitter, indignados por la condena, están publicando y difundiendo los datos del agresor en la red.
¿No os parece indignante?