Investigadores del Reino Unido han realizado un importante y preocupante descubrimiento sobre las secuelas que el coronavirus deja también en jóvenes sanos que han pasado por el virus.
Amitava Banerjee, cardióloga y profesora asociada del University College de Londres, ha participado en un estudio preliminar que ha logrado localizar daños múltiples en órganos del cuerpo de personas jóvenes cuatro meses después de la infección, como pulmones, corazón y riñones.
Banerjee «apoya la idea de que hay una agresión a nivel de órganos y, potencialmente, a nivel de múltiples órganos, que es detectable y podría ayudar a explicar, al menos, algunos de los síntomas y trayectoria de la enfermedad».
En el estudio se buscaba evaluar el impacto a largo plazo de la COVID-19 en la salud de los órganos de unos 500 individuos considerados de bajo riesgo (edad promedio de 44 años y sin problemas de salud previos) con síntomas de coronavirus en curso.
A través de un control mediante resonancias magnéticas, análisis de sangre, mediciones físicas y cuestionarios online, los datos preliminares de los primeros 200 pacientes son muy preocupantes: cuatro meses después, casi el 70% tiene deficiencias en uno o más órganos, incluidos el corazón, los pulmones, el hígado y el páncreas.
«La buena noticia es que el deterioro es leve, pero incluso viéndolo desde una perspectiva conservadora, hay algún deterioro y en el 25% de las personas afecta a dos o más órganos», asegura Banerjee.
En algunos de los casos existía además una correlación entre los síntomas y el órgano deteriorado. El estudio ahora se centrará en confirmar estos datos con personas que no hayan tenido COVID-19 y si estas deficiencias «continúan o mejoran» con el paso del tiempo.