Hasán Diab, primer ministro de Líban, ha anunciado en un mensaje a la nación este lunes la dimisión al completo del Gobierno por las explosiones registradas el 4 de agosto en el puerto de la capital, Beirut. Este catastrófico incidente ha dejado, de momento, 220 muertos y más de 7.000 heridos.
Diab ha sostenido en el documento que el Ejecutivo «da un paso atrás para estar junto a la población» y defendió que de esta forma «acata la demanda de la población por un cambio real».
A su vez, ha lamentado que la clase política libanesa «se resista a través de todos los medios sucios para evitar un cambio», antes de manifestar que «algunos no han interpretado adecuadamente la revolución del 17 de octubre», cuando estallaron las protestas que llevaron a la caída del Ejecutivo de Saad Hariri.
El primer ministro ha subrayado que las explosiones «son una consecuencia de la corrupción crónica» en el país y ha agregado que «la red de corrupción es más grande que el Estado».
Este anuncio llega como respuesta a las brutales manifestaciones que se han llevado a cabo estos dos últimos días contra el Gobierno, donde se han saldado con la muerte de al menos un policía y cientos de personas heridas.