Una vez más -y para sorpresa de nadie-, Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, nos vuelve a sorprender con unas deleznables declaraciones, comparando a los «niños abortados» o los «ancianos eutanasiados» con… los toros.
«Ya quisiera yo que niños abortados o ancianos y enfermos eutanasiados sin paliativos tuviera la legislación protectora que se les brinda a los toros», afirmó el católico, que considera «mal asunto» cuando «la estocada se da en el seno materno, o cuando en el dolor terminal se da la puntilla al enfermo; eso es otra corrida subvencionada».
También se lanzó a opinar sobre la situación en Afganistán, ahora controlado por los talibanes. Sanz lamenta la actitud de «algunos fundamentalistas de turbante o turbadores de guante blanco» hacia «las mujeres y las niñas», así como con los cristianos que «degüellan sin miramiento ante la indiferencia internacional».