El tribunal Constitucional ha anulado parcialmente la ley balear que estableció en 2015 las corridas de toros sin muerte. Con esta decisión, los encierros deberán ahora terminar matando al animal al devolver la situación legal al estado anterior.
La decisión se tomó la semana pasada y se alargó durante varios plenos. Generó mucha discusión en el tribunal, y derivó en en cuatro votos particulares: uno de Cándido Conde Pumpido, otro de Juan Antonio Xiol y un tercero firmado por dos magistrados, María Luisa Balaguer y Fernando Valdés.
El argumento principal se basa en la conservadora idea de que cualquier elemento que desvirtúe las corridas al uso más tradicional se considera fuera de la Constitución, dicen las fuentes.