Investigadores de la Universitat de Barcelona han realizado un estudio de las muestras de aguas residuales recogidas el 12 de marzo de 2019 que confirma la existencia del coronavirus «mucho antes de que se tuviera constancia de cualquier caso de COVID-19 en el mundo».
Así lo informó la propia universidad, que pudo demostrar que hay cantidades de genoma del coronavirus en las heces, que posteriormente llegan a las aguas residuales, por lo que la epidemiología basada en estas aguas es «una herramienta potencial de alerta precoz» de la existencia del virus entre la población.
Desde que se confirmó la aparición de genomas entre principios de enero y principios de marzo de 2020, los investigadores decidieron estudiar muestras congeladas de entre enero de 2018 y diciembre de 2019, dando positivo la del 12 de marzo de 2019, dando niveles «muy bajos pero que ha da claramente positivo con una prueba PCR».