El pasado 16 de junio, tres técnicos del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura acudieron al centro de menores infractores de Tierras de Oria (Almería) sin previo aviso para elaborar un informe en el que se confirma que se siguen realizando sujeciones mecánicas innecesarias, cuando «los menores no estaban alterados ni violentos» y con una duración excesiva.
En el centro, público pero gestionado por la asociación Ginso, Iliass Tahiri, un joven de 18 años, perdió la vida hace casi un año debido a esta sujeción mecánica, una práctica que consiste en atar de pies y manos a los menores.
El informe constata que la muerte de Iliass no ha hecho recapacitar a los responsables del centro. Además de las inmovilizaciones, para las que tienen previstas dos camas, por si «la otra está siendo utilizada», «de las entrevistas realizadas a la dirección y a los menores, se toma conocimiento de una práctica consistente en mantener sentado en una silla con los brazos engrillados por detrás a los menores, custodiado por un vigilante de seguridad», reza el escrito.
«Tal práctica se lleva a cabo en una de las habitaciones de la zona de comunicaciones. Esta actuación no queda registrada en ningún documento», continúa. «Los responsables del centro no visualizan las grabaciones de las contenciones mecánicas realizadas, la calidad del sonido es deficiente, se observó en las inmovilizaciones supervisadas que los menores no estaban alterados ni violentos en el momento previo a la aplicación de la sujeción mecánica, aplicándose la misma de todos modos».
En el texto se puede leer que «las sujeciones mecánicas tenían una duración media de entre dos y tres horas». «Se constató la aplicación reiterada de sujeciones mecánicas a menores que se encuentran en el centro con una medida de internamiento terapéutico en salud mental, y que estaban en el centro en el momento del fallecimiento de su compañero en la unidad de salud mental», añaden los técnicos del Defensor.
Aparte de la brutalidad con la que proceden, «en una de las sujeciones inspeccionadas, se ve al menor que está muy agitado. Una vez finaliza la colocación de las cintas de sujeción, el menor se tranquiliza. No obstante, la sujeción mecánica se prolonga durante una hora y media más, pese a que el menor está todo el tiempo tranquilo».
El informe no acaba ahí: «En algunas de las grabaciones se aprecia que el médico no aparece en la habitación de la sujeción mecánica hasta pasados 20 minutos del comienzo de la misma. Los menores se duelen cuando les aprietan las cintas en los tobillos y en las muñecas. También se observó en las grabaciones que les colocan los pies por fuera de la cama quedando en una posición muy forzada».
Es importante recalcar que la sujeción mecánica es legal en España solo como último recurso.