Ante la subida de los alquileres y de la demanda de pisos en las grandes ciudades, los propietarios se pueden permitir exigir a los candidatos a inquilinos una serie de estrictos requisitos: contrato fijo o indefinido, 1.500 euros mensuales, tres meses de alquiler por adelantado, sangre de unicornio…
Muchos jóvenes han encontrado en compartir piso un oasis de asequibilidad en un desierto de sueldos bajos y contratos precarios. Normalmente uno no necesita demasiado para alquilar una habitación, aunque parece que los tiempos están cambiando.
Un anuncio para encontrar compañero de piso en el barrio de Gracia, en Barcelona, se ha hecho viral en redes por la larga lista de exigencias que exponen las personas que ya habitan la vivienda.
«Queremos vivir con otra persona antiespecista, antigordofóbica, antitransfóbica, antiputofóbica, antirracista, antiedadista, anticapacistista, anticlasista, etc.«, informan.
También advierten que «necesitamos tranquilidad y limpieza», pero admiten «a personas TOC y neurodivergentes». A quienes no aceptan es a «hombres cis», es decir, aquellos hombres cuyos genitales concuerden con su género.