El Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso, colecciona once dimisiones en tan solo seis meses por su polémica gestión de la pandemia y, lo que es aún más grave, en esta segunda ola las fugas no cesan.
Las últimas dimisiones se produjeron este mismo martes, con el COVID-19 completamente descontrolado en la capital. Fueron las responsables de Atención Primaria, Marta Sánchez-Celaya, y la de Hospitales, Bárbara Fernández. Las dos políticas presentaron su dimisión al mismo tiempo tras Ayuso remodelar la viceconsejería de la que dependen para nombrar al médico Juan Armengol, nuevo viceconsejero de Asistencia Sanitaria.
Pocos meses antes se bajó del barco Yolanda Fuentes, directora general de Salud Pública, tras negarse a firmar la petición de cambio de fase al Ministerio de Sanidad. El 2 de octubre se iba Alberto Reyero, consejero de Políticas Sociales, parte de Ciudadanos, tras la lamentable gestión de las residencias.
Fue a partir del abandono de Fuentes que el Gobierno de Madrid sufrió el primer gran resquebrajo, que inició una goteo imparable de dimisiones: Carlos Mur de Víu, director general de Coordinación Sociosanitaria de Madrid. Un día después, abandonó Miguel Ángel Jiménez, secretario general técnico de Políticas Sociales. Carlos Reus Jimeno, jefe de gabinete de la Consejería de Políticas Sociales. Óscar Álvarez, responsable de las residencias. Manuel Ángel de la Puente, director general del Proceso Integrado de Salud del Sermas.
Y el reguero continúa. Ignacio García Mostazo, director general de Medios de la Comunidad de Madrid. Y Emilio Bouza, portavoz del Grupo COVID-19 que duró en el cargo tan solo dos días.
