El Ayuntamiento de Madrid ha destinado a la M-30 75% del presupuesto del 2018 para el mantenimiento de las vías públicas. Lo que se traduce en unos 145 millones de euros de los 193 del presupuesto disponible, pese a que la M-30 solo representa en superficie en torno al 2% de todo el viario urbano de Madrid.
El motivo de tal desmesurada cantidad es el modelo de gestión mixta de Madrid Calle 30, la empresa semipública que mantiene la M-30, creada por el exalcalde Alberto Ruiz Gallardón cuando soterró la vía.
El modelo consiste en garantizar unas cantidades anuales para EMESA, la empresa con la que el Ayuntamiento comparte las acciones de la sociedad mixta y que está formada por las constructoras ACS y Ferrovial. Gallardón se aseguró de que EMESA, encargada del 20% de la M-30, tuviera anualmente una cifra fija de presupuesto para que el contrato tuviera una rentabilidad del 7,053%, según informa la Cámara de Cuentas en un informe.
Este contrato hace que entre impuestos y beneficios a EMESA, Madrid pierda alrededor de 60 millones de euros anuales de los 145 destinados al mantenimiento de la M-30. Un panorama que luce ser el mismo para el 2019, año para el cual Carmena ha logrado aprobar los nuevos presupuestos, y el 70% se los llevará la Calle 30.