in

El mensaje anticapitalista del Papa: «El mercado no lo resuelve todo»

Papa Francisco. Flickr

El papa Francisco ha publicado este martes su tercera encíclica, el documento papal con más autoridad, titulada ‘Fratelli tutti’ (hermanos todos). En ella hace un llamamiento a la fraternidad humana para construir un mundo más justo después de la pandemia, donde quienes gobiernan prioricen la dignidad de los más vulnerables a los intereses financieros.

En la carta, el Pontífice advierte de los peligros de la globalización económica, el neocolonialismo, la defensa del trabajo como salida de la pobreza o la necesidad de acoger a migrantes y refugiados. Incluso reclama reformar las Naciones Unidas porque cree que están sometidas a la economía.

«La fragilidad de los sistemas mundiales frente a las pandemias ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado y que, además de rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro. El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal«, advierte el religioso.

Asimismo, teme las consecuencias que pueda acarrear el fin de la pandemia: «La peor reacción sería caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron por falta de respiradores, en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados año tras año».

Uno de los fragmentos más sonados de su misiva es el que hace referencia al derecho a la propiedad privada, que, según él, «solo puede ser considerado como un derecho natural secundario y derivado del principio del destino universal de los bienes creados». En este sentido, lamenta que los “derechos secundarios” primen sobre los esenciales, cuando algunos gozan de riquezas extravagantes y otros no tienen nada.

Francisco critica el desprecio de los débiles que rezuma de las formas populistas, «que los utilizan demagógicamente para sus fines», o en las liberales, «al servicio de los intereses económicos de los poderosos».

Respecto a la inmigración, el Papa desea que en todos los países se diera la posibilidad efectiva de vivir en dignidad, pero como no es así, reclama dar soluciones especialmente a los que escapan de graves crisis humanitarias. Así, urge a incrementar y simplificar la concesión de visados, abrir corredores humanitarios para los más vulnerables, ofrecer un alojamiento adecuado, garantizar la seguridad y el acceso a los servicios básicos, el acceso equitativo a la justicia, la posibilidad de abrir cuentas bancarias y la garantía de lo básico para la subsistencia vital, la libertad de movimiento y la posibilidad de trabajar, una educación regular para los menores y la protección de la libertad religiosa. También pide que se deje de usar la palabra minorías, que cree que «trae consigo las semillas de sentirse aislado e inferior».

Escrito por M. Zafra

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por la violencia policial en una protesta

Iglesias destroza a Casado: «¿Trumpismo para España? No lo permitiremos»