Francisco Franco Martínez-Bordiú, el nieto mayor del dictador Francisco Franco, se ha librado completamente de entrar en prisión por el atropello de dos guardas civiles en 2012 tras el Tribunal Constitucional cerrar el caso dando por no admitido el último recurso presentado por una de las dos víctimas.
El Constitucional ha inadmitido el recurso por no apreciar «la especial trascendencia constitucional» que pide la ley para que este tribunal estudie el caso. Así, el caso acaba con un carpetazo definitivo con Francis Franco como protagonista, que fue condenado a 30 meses de prisión por los delitos de atentado contra la autoridad y conducción temeraria por un juzgado de lo Penal en Teruel, aunque absuelto poco después por la Audiencia Provincial.
El suceso se remonta al 30 de abril de 2012, cuando dos guardias civiles dieron el alto al vehículo de Francis por circular con las luces apagadas y en sentido contrario por la carretera nacional 234. Tras esto, el conductor ignoró las señalas y se dio a la fuga.
Los agentes lo persiguieron durante 30 kilómetros, y cuando finalmente pudieron detenerlo, uno de los ocupantes del vehículo apuntó a los agentes con una escopeta mientras el conductor daba marcha atrás y arremetía contra el coche de los policías. El automóvil, hallado cinco horas después, estaba registrado a nombre de una sociedad propiedad de Francisco Franco Suelves, hijo de Francis Franco.
Uno de los agentes reconoció ante el juez al conductor (Francis Franco), y el fallo tildó de «poco creíbles» las declaraciones de los testigos que Franco aportó para defender que se encontraba en Madrid el día que sucedieron los hechos. Sin embargo, unos meses más tarde la audiencia provincial dio la vuelta al caso, considerando que durante la vista no se practicó «prueba de cargo suficiente» capaz de debilitar la presunción de inocencia del nieto del dictador.