Richard Huckle, lo que la prensa ha calificado como «el peor pedófilo» de Reino Unido, se encontraba cumpliendo condena por los casi 200 niños que violó cuando un reo lo asesinó en 2019. Ahora, con el juicio celebrado esta semana, se ha desvelado que realmente el pedófilo fue violado, torturado y asesinado por el reo para que sintiera «el sabor» de lo que le hizo a sus víctimas.
El ataque fue perpetrado por Paul Fitzgerlad, también encarcelado por delitos sexuales desde el 2009, quien violó usando un utensilio de cocina, le metió un bolígrafo en la nariz hasta llegarle al cerebro y finalmente lo estranguló con un cable eléctrico. El fallecido, igualmente, presentó signos de golpe en la cara y los riñones, y una herida de puñal en el cuelo. Cuando los funcionarios de la cárcel llegaron ala celda, Fitzgerald le estaba susurrando algo al oído.
«Creo que lo maté, está muerto», confesó Fitzgerald a los vigilantes. Un día después del asesinato, el hombre admitió que no solo quería matar a Huckle, sino cocinar sus restos. Además, dijo uqe planeaba asesinar a dos o tres personas pero que no lo hizo falta porque se «divirtió mucho» durante el asesinato al violador.
Fitzgerald aseguró que violó a Huckle para que sintiera «el sabor» de lo que le hizo a sus casi 200 víctimas menores, y calificó su ataque como «justifica poética». «Es un hombre que viola y abusa de niños para divertirse. Podría haberlos matado también. Me inclino a pensar que hizo algo peor que solo violarlos», dijo.
El fiscal asegura que el ataque fue «cuidadosamente planeado y ejecutado, en el transcurso del cual el señor Huckle fue sometido a una agresión prolongada y diseñada también para humillarlo y degradarlo».
Huckle había sido condenado en 2016 a 22 cadenas perpetuas por violar a 191 menores de entre 6 y 12 años. Todas las violaciones las llevó a cabo mientras era voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya.