El Parlamento Balear vivió un momento de alta tensión cuando el presidente de Vox, Gabriel Le Senne, rompió la foto de una víctima de la Guerra Civil y expulsó a dos diputadas socialistas que lo criticaban. Este acto no solo fue una muestra de desprecio hacia la memoria histórica, sino también un ataque directo a la libertad de expresión y a los valores democráticos que deberían prevalecer en las instituciones públicas.
La acción de Le Senne ha sido ampliamente condenada por sectores progresistas y defensores de los derechos humanos, quienes ven en este gesto una peligrosa señal de intolerancia y autoritarismo. La memoria de las víctimas de la Guerra Civil es un tema sensible y de gran importancia para la historia de España, y el desprecio mostrado por Vox no puede ser ignorado.
Además, la expulsión de las diputadas socialistas representa un intento de silenciar las voces críticas y refuerza la percepción de que Vox utiliza su posición de poder para imponer su agenda política sin respetar la diversidad de opiniones. Este incidente subraya la necesidad de proteger los valores democráticos y de garantizar que las instituciones no se conviertan en herramientas de represión y censura.