Kanghua Ren tiene 21 años y ayer se sentaba en el banquillo frente a un fiscal enfrentándose a dos posibles años de cárcel por darles galletas Oreo a un mendigo rellenas de pasta de dientes para subirlo después a su canal de YouTube.
Esta ‘broma’ que le gastó no difería mucho de su contenido diario. ‘ReSeT’ pertenecía a esa bolsa de youtubers que se dedican a hacer bromas pesadas para grabar sus reacciones. «Dejé el instituto para dedicarme a este trabajo. Lo estaba haciendo bien. Y luego pasó esto. La prensa me ha jodido«, transcribe El País en exclusiva.
«Quítese las manos de los bolsillos», le advierte el fiscal a un Kanghua que parece no saber diferenciar entre un vídeo y la vida real: le dice al juez que es un «señor serio» y que tal vez no entiende sus bromas.
«Mi intención no era ofender. Vosotros vais muy a tope con la ley», declara el joven autocompasivo, lamentando sobre todo la pérdida de caché como youtuber: de 120 millones de visualizaciones cayó a 4 millones.
El chico, lejos de arrepentirse genuinamente, asegura ante el juez que el arrepentimiento que grabó en su momento pidiendo disculpas era pura fachada dirigida a las críticas y no a la humillación a la que sometió al medingo. «Estaba rayado. Toda la gente me insultaba». «¿Supo la repercusión que había tenido y por eso borró el vídeo'», le pregunta el fiscal. «Síii», contesta tras unos segundos de silencio y de mala gana.
Tras el polémico vídeo, el joven entregó 300 euros a Gheorge L. (a quien se refiere siempre como ‘vagabundo’), y le propuso pasar una noche junto a él en la calle. «Se lo ofrecí de buena voluntad. Le propuse que yo iba a ser un vagabundo más ese día. Me dijo que sí y hasta se puso a llorar», asegura, aunque el fiscal no cree sus palabras: sospecha que le entregó el dinero para que Gheorge L. no le denunciara, ya que se llegó a encontrar mal por la ingesta de pasta de dientes.
