La cabo María de las Camelias fue maltratada por su marido y acosada en el trabajo. Ahora ha sido expulsada del Ejército por trastorno psíquico, después de 17 años de servicio y sin derecho a pensión.
En noviembre de 2014, su marido fue condenado a ocho años y tres meses de prisión por ocho delitos de maltrato habitual, amenazas y coacciones. En una ocasión, la cabo se refugió en el cuartel temiendo por su vida. El marido la llamó de nuevo (llegaba a llamarla hasta 20 veces en un día) y María de las Camelias se lo pasó a un agente. La respuesta de su marido fue la siguiente: “Me da igual, voy a matar a mi mujer. Si me tenéis que detener, hacedlo”.
La sentencia reconoce que “como consecuencia de la conducta del acusado hacia ella”, la cabo “ha sufrido un trastorno ansioso depresivo en relación a una situación de violencia de género que ha requerido tratamiento médico y psicológico con medicación desde 2012”.
Asimismo, la Junta Médica Militar ha asegurado que la cabo sufre una epilepsia parcial controlada y asintomática y un trastorno ansiosodepresivo debido a la «situación familiar, personal y laboral”. Esta última no es otra que un acoso laboral continuado y agresivo.
En marzo de 2005 se encontraba embarazada de cuatro meses cuando su sargento le ordenó cavar zanjas. Ella le informó de que el médico le había aconsejado no cargar peso, avisándole además de que se sentía mal y tenía pérdidas. Su jefe hizo caso omiso y la cabo sufrió un aborto involuntario.
Sus superiores la convencieron de que no denunciara al sargente ofreciéndole un cambio de destino a Segovia. Pero el sargento desembarcó en el mismo lugar y volvió el acoso, con críticas constantes y quejas.
La Junta Médico Militar no ha tenido en cuenta ninguno de estos hechos, alegando que la cabo no los denunció en su momento. Tras su baja forzosa, el expediente de pérdida de condiciones psicofísicas sostiene que no había relación entre su patología y el servicio en filas, por lo que no tiene derecho a una pensión.
Así, María de las Camelias se ha quedado sin puesto de trabajo con dos niños de 6 y 9 años y sin siquiera cobrar una manutención por parte de su maltratador.