Los residentes en Ginebra (Suiza) votaron este domingo a favor de la propuesta de un salario mínimo de 23 francos suizos la hora, unos 21,3 euros, para todos los trabajadores de esta ciudad. El aumento salarial entrará en vigor a mediados de octubre.
Ginebra es una de las ciudades más caras del mundo. El alquiler de un piso de dos habitaciones ronda lo 3.000 francos, mientras que un café puede costar hasta 5 francos. El salario mínimo garantizado será de 4.086 francos suizos mensuales por 42 horas de trabajo a la semana, unos 3.785 euros, el más alto del mundo.
La medida llevaba años siendo truncada. En 2014, los habitantes votaron en contra de un salario mínimo para toda la confederación. No fue hasta la tercera votación que los partidarios de la medida convencieron al 56% de los votantes, unas 500.000 personas, según los resultados oficiales publicados el domingo.
Los grandes impulsores de la introducción de este salario mínimo han sido las formaciones de izquierda y los sindicatos, cuyo objetivo es reducir la pobreza y la precariedad. La pandemia del coronavirus está afectando gravemente a la ciudad, muy dependiente del turismo.
La pobreza aumenta con rapidez en Ginebra, donde las filas para recibir alimentos se alargan cada vez más. Unos 17.000 trabajadores cobran en la actualidad menos del nuevo salario mínimo, de los cuales dos de cada tres son mujeres.