En Salinas, California, una ciudad por lo general muy tranquila, el pasado sábado ocurrió uno de los sucesos más extraños que recuerdan sus habitantes: un hombre se pasó tres horas lamiendo el portero automático de una casa.
Fue en la madrugada del sábado 5, cuando Roberto Arroyo, un hombre de 33 años, se coló en casa de Sylvia Dungan por el jardín, donde comenzó a lamer el portero automático, sin llamar al timbre. Lo hizo varias veces, yendo y viniendo, entre las dos y las cinco de la madrugada.
La propietaria fue alertada por su sistema de seguridad, que detectó movimiento en la entrada, y le pareció raro: “Eran las 5 de la mañana y pensé: si mi hijo mayor no llega hasta las 6, ¿quién demonios es ése?”. Ella no estaba en casa, pero sí sus hijos pequeños. Dungan subió el vídeo a internet, para alertar a la gente de la importancia de tener un buen sistema de seguridad en casa.
La policía identificó al hombre: era Roberto Arroyo, que está acusado de robar cables de extensión que dan electricidad a las luces navideñas de las casas de la zona. Ahora, se enfrenta a cargos de robo, violación de libertad condicional, y por merodear alrededor de casas.
Miguel Cabrera, portavoz del departamento de Policía de Salinas, ha descrito el comportamiento de Arroyos simplemente como «muy extraño«.