Fátima Qoboa es una niña yemení de 12 años de edad que tuvo que huir de su casa, ubicada en la frontera, por culpa de los bombardeos de la coalición internacional encabezada por Arabia Saudita. Ahora, junto a sus 10 hermanos y el padre, viven en la pobreza extrema debajo de un árbol.
«Todo lo que tenemos es lo que nos dan nuestros vecinos y familiares. No tenemos dinero para conseguir comida», explicaba su hermana, también llamada Fátima. «Si nos quedáramos aquí y muriéramos de hambre, nadie se daría cuenta», se ha lamentado.
La menor, por suerte, pudo ingresar en una clínica gracias al dinero de un familiar. Lo hizo pesando solo 10 kilogramos y con «la forma más extrema de desnutrición», declaraba el médico, preocupado.
«Todas las reservas de grasa en su cuerpo se han agotado, solo le quedan huesos«, agregó. Finalmente, aseguró que la niña necesita por lo menos un mes de tratamiento para que su cuerpo y también su mente empiecen a recuperarse.
