Inspección de Trabajo ha exigido a Glovo que incluya en plantilla como trabajadores indefinidos a sus 361 repartidores de Baleares, además de obligar a la empresa a pagar 365.392 euros a la Seguridad Social como cuotas impagadas más el correspondiente cargo del 20%.
La Inspección ha determinado que se ha cometido un fraude laboral al considerar a estos repartidores como falsos autónomos. Así, en su acta exige a la plataforma digital que pasen a ser contratados como trabajadores indefinidos por cuenta ajena.
Fuentes de la Inspección laboral destacan la decisión que se ha adoptado desde el Ministerio con la finalidad de intensificar los controles a este tipo de plataformas digitales, entre las que se encuentran también Just Eat o Deliveroo. Por ello, se preveen más controles en este campo a la vista de los buenos resultados obtenidos en esta primera actuación.
Este tipo de sistemas utilizados por múltiples compañías consiste en alegar que los trabajadores son tan solo intermediarios entre los restaurantes o comercios que operan a través de ellas y los repartidores, así que se les considera autónomos, evitando pagar sus cotizaciones a la Seguridad Social. Esto lo argumentan con que estos trabajadores pueden elegir su horario o rechazar los encargos, cobrar en función de las entregas realizadas, y que incluso ellos mismos son los que ponen el vehículo y el teléfono móvil.
A pesar de esto, la Inspección de Trabajo ha rechazado la argumentación y ha considerado finalmente que los repartidores de Glovo son claramente trabajadores por cuenta ajena y deben ser incorporados a plantilla, asumiendo la empresa todas las cotizaciones necesarias.
