El expresidente socialista del Congreso José Bono ha publicado el tercer volumen de sus memorias, el cual está plagado de confidencias de muchas personalidades. Entre ellas, se encuentra la sinceridad sobre Felipe VI del rey Juan Carlos, que aseguraba que dejar la Corona en sus manos era poner «en peligro la continuidad de la monarquía».
Ocurrió tres años antes de su abdicación, y es que el rey había descartado para entonces la posibilidad de ceder la Corona y desconfiaba de las capacidades de su hijo para sucederlo. En una conversación que tuvieron en agosto de 2011, Juan Carlos le dijo a Bono que no pensaba abdicar. «Estoy seguro de que pongo en peligro la continuidad de la monarquía. El príncipe está aprendiendo mucho pero no tiene mi carácter campechano. Tiene mucho que aprender todavía y se equivoca cuando quiere ganarse a la gente de uno en uno, llamándolos al despacho», aseguró el rey. «Debe ganárselos de mil en mil, porque de uno en uno va a conseguir sus objetivos cuando sus nietos tengan cien años».
Además, en el libro, Bono cuenta como en septiembre de 2009 la Mesa de la Cámara recibió una pregunta para su debate en el pleno en la que el diputado Gaspar Llamazares pedía información sobre nombres de la familia real vinculados a paraísos fiscales. La Mesa eligió no calificar la pregunta.
Bono, de manera inmediata, recibió la llamada del rey «agradeciéndole» su posición. «El único bien importante que me han regalado siendo rey es la finca de La Mareta en Canarias. Me la regaló el rey de Jordania y yo pregunté a Carlos Solchaga qué debía hacer con ella; me respondió que tenía que pagar impuestos y entonces la regalé al Estado», le dijo Juan Carlos.