Juan Carlos I pasó el último fin de semana antes de marcharse de España en Sanxenxo junto a sus compañeros de regatas, y el lunes por la mañana se habría dirigido al aeropuerto internacional de Oporto, según informa ‘El País’.
En la localidad de Pontevedra, donde el emérito se ha refugiado durante los últimos años, el monarca charló con sus amigos sobre las competiciones de vela, la pandemia del coronavirus y la necesidad de respetar las medidas de seguridad ante esta. Fuentes conocedoras de la reunión relatan que Juan Carlos se veía muy animado.
El emérito llegó a Sanxenxo en su coche el pasado domingo, acompañado de sus escoltas y de su ayudante. Allí informó a sus compañeros de regatas que se iba España como todos los agostos, aunque no para pasar unas simples vacaciones, sino por un periodo más indefinido. No obstante, no les confesó su destino.
El campeón de vela Pedro Campos, también presidente del Real Club Náutico, alojó a Juan Carlos en una casa que posee en la localidad. Cenó junto a su equipo y mantuvo una distendida charla.
Hoy, El País: Cena de despedida [de Juan Carlos] en el refugio de Sanxenxo.
La operación de Estado para blanquear la imagen de un delincuente múltiple heredero de Franco sitúa a los medios de comunicación en poco más que aparatos ministeriales.
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— Luis Gonzalo Segura (@luisgonzaloseg) August 5, 2020