El rey emérito Juan Carlos I abandonó España el pasado lunes en medio de sus escándalos sobre su fortuna en Suiza. No obstante, aún está a tiempo de regularizar su situación fiscal y evitar ser acusado por la Fiscalía de un delito contra la Hacienda Pública y ser requerido para declarar en calidad de investigado.
El periódico ‘El Confidencial’ reveló que el exmonarca estaba planteándose hacer una regularización de su patrimonio, lo que deja entrever que no todos sus bienes están declarados. No obstante, según ‘El País’, el Borbón descartó esta opción porque la cantidad que debería abonar «está fuera de las posibilidades actuales».
El artículo 305.4 del Código Penal recoge que la regularización fiscal voluntaria es una forma de evitar la apertura de un procedimiento penal si se lleva a cabo antes de que se le notifique investigación. En otras palabras, si un defraudador regulariza su situación antes de ser informado, no tendrá problemas legales.
La pregunta entonces es cuánto tendría que pagar Juan Carlos I para ponerse al día con Hacienda, cuál es esa cantidad «fuera de las posibilidades». No existe una cifra oficial sobre el patrimonio que el emérito tendría en el extranjero, aunque medios internacionales como ‘The New York Times’ y ‘Forbes’ estiman su fortuna en 2.000 millones.
En primer lugar, el exmonarca tendría que regularizar los 64,8 millones de euros (100 millones de dólares) recibidos del rey saudí, ocultos en una cuenta en Suiza a nombre de una fundación y luego regalados a Corinna Larsen.
Para esto tendría que pagar el impuesto de donaciones en la Comunidad de Madrid, ya que está empadronado en esta región. Como Corinna y Juan Carlos no son familia, el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) estima que debería haber abonado 52 millones de euros a las arcas de la Comunidad de Madrid.
No obstante, el rey emérito no solo tendría este dinero en el extranjero, sino que también sería propietario de un ático en Londres cedido por el sultán de Omán. Para regularizar todos sus bienes, debería completar la Declaración de Bienes en el Extranjero, como todos los residentes fiscales en España que posean bienes por un valor superior a 50.000 euros. Algo que Juan Carlos no hizo.
A continuación tendría que presentar una declaración complementaria del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) del año 2015, lo que supondría pagar más de la mitad de su patrimonio.
Esta cantidad se desglosa de la siguiente manera. Al ser residente en Madrid, el monarca tendría que tributar al tipo máximo del 43,5% ya que tiene unas rentas superiores a los 60.000 euros. A esta cifra se añade un 20% de recargo del importe que tuviera que desembolsar y un 3,75% en concepto de demoras por cada año de retraso desde junio de 2017 hasta que presentara la declaración.
La cantidad final que el Borbón tendría que abonar en esta declaración complementaria dependería del patrimonio en el extranjero que se regularizara.