La diócesis de Rockville Centre, en Nueva York, se ha declarado en bancarrota al no poder hacer frente a las decenas de demandas por abusos sexuales a menores. Así, se convierte en la mayor diócesis de la Iglesia católica en Estados Unidos en declararse en quiebra por este asunto.
El obispo John Barres ha afirmado que no se tomó «a la ligera» la decisión, sino que «es la mejor vía para asegurar justicia y una salida equitativa para todos aquellos implicados, incluidos los supervivientes de los abusos, cuya compensación se resolverá en los tribunales».
La diócesis de Long Island se acoge al Capítulo 11 de bancarrotas, ya que no puede abonar los costes de todos los litigios que tiene pendientes tras haber compensado a más de 300 víctimas desde 2017.
Según Barres, las aseguradoras se han negado a cubrir costes de la organización debido al aumento de las demandas, lo que les ha obligado a recurrir a la protección por bancarrota.
Uno de los representantes de los afectados, el abogado Jeff Anderson, ha reprochado la decisión de recurrir a la protección por bancarrota, considerando que ha sido una estrategia para evadir sus responsabilidades con las víctimas.