Si aún cabía duda de si las nuevas medidas restrictivas en Madrid son más una segregación de clase que medidas para frenar el COVID-19, llegó José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, para aclararnos absolutamente todo con pocas palabras.
Tras Isabel Díaz Ayuso aprobar las nuevas restricciones en la Comunidad, miles de vecinos de los barrios obreros -y únicos- afectados mostraron su profundo malestar. Un tweet resumía perfectamente la situación real: «los pobres no pueden salir a tomarse una caña pero sí pueden salir a servirla».
Así, el viernes, cientos de vecinos se manifestaron en la Puerta de Sol pidiendo la dimisión de Ayuso y tachándola de clasista y segregacionista. De hecho, hoy domingo se preveé otra manifestación a las 12:00.
Ante estas movilizaciones, Almeida fue muy crítico: «al margen de la valoración que nos pueda sugerir a cada uno las medidas adoptadas, es profundamente irresponsable alentar una manifestación hoy». ¿El problema? cuando se manifestaron los vecinos del barrio rico de Salamanca, con sus cacerolas, sus banderas y en pleno confinamiento, su opinión no era tan absoluta.
«Las caceroladas que se han organizado contra el Gobierno son manifestación del derecho a la protesta que tienen los ciudadanos, aún en estas circunstancias», aseguraba el alcalde, en la misma Cámara.
Esto mismo decía @AlmeidaPP_ de las caceroladas de Nuñez de Balboa a principios de mayo, en pleno confinamiento y con el Estado de Alarma en vigor. Qué sinvergüenza. https://t.co/r2drZX39Lj pic.twitter.com/wQ8hUgcmEA
— Javi 🚂 (@javimartc) September 18, 2020