La Relatora Especial de Naciones Unidas ha elaborado un informe en el que solicita que se regulen los alquileres, “imponiendo controles o congelando los precios de los alquileres cuando sea necesario”. En el mismo documento señala quiénes son los culpables de lo que califica como «reburbuja inmobiliaria».
«La vivienda se ha convertido en la mercancía de elección de las instituciones financieras corporativas, una garantía para los instrumentos financieros que se comercializan a distancia en los mercados mundiales», asegura el informe.
«Los inversores institucionales compran grandes cantidades de viviendas asequibles y sociales (a veces barrios enteros), desplazando a las familias y comunidades de menores ingresos. Las personas y corporaciones ricas utilizan los bienes inmuebles residenciales para aparcar capital, eludir impuestos u ocultar ganancias adquiridas ilícitamente”. Por esta razón “se han inflado los precios del suelo y de la vivienda y partes notables del parque inmobiliario hayan quedado vacías”, continúa el documento.
La ONU también señala la responsabilidad de los Estados, que “han facilitado el cambio en el papel que desempeña el sector privado en el ámbito de la vivienda, concediendo desgravaciones fiscales a especuladores inmobiliarios, ventajas fiscales a los propietarios de viviendas y permisos especiales de residencia a los inversores extranjeros y han desregulado los mercados de alquiler y fomentado el tipo de desarrollo dedicado principalmente a producir viviendas para ricos”.
«Muchos países han tratado la vivienda como una mercancía para el comercio y la especulación, en lugar de como un bien social y un derecho humano”.
Ante esta situación, la ONU ha propuesto una serie de medidas para paliar los daños. Así, defiende impedir “toda privatización de vivienda pública o social que reduzca la capacidad del Estado para garantizar el derecho a una vivienda adecuada”. De igual forma solicita “un marco regulador del alquiler que preserve la seguridad de la tenencia y la vivienda asequible para los inquilinos, por ejemplo, limitando los precios de los alquileres, imponiendo controles o congelando los precios de los alquileres cuando sea necesario”.