Las investigaciones realizadas tras el ataque de un grupo de policías croatas contra un grupo de alrededor de 30 migrantes en mayo confirman que los agentes los golpearon, les pintaron cruces en la cabeza, les robaron y los tiraron a un río.
Esto se concluye a partir de las entrevistas realizadas a algunos de las víctimas, solicitantes de asilo, imágenes y hasta testimonios de menores de edad. Según estas informaciones, militares croatas detuvieron a dos grupos de migrantes y los llevaron a la policía en la noche del 6 al 7 de mayo.
«Nos registraron para asegurarse de que no traficábamos con nada y llamaron a la policía. Llegó una furgoneta con cuatro agentes de uniforme negro. Nos metieron dentro y nos llevaron a una comisaría donde nos fotografiaron. Nos hicieron firmar un papel. Pedimos asilo, nos dijeron que nos calláramos», cuenta un migrante pasquitaní.
Tras estas pesquisas, los agentes agruparon a docenas de solicitantes de asilo que habían capturado en diferentes lugares, los montaron en varias furgonetas y los llevaron a la frontera con Bosnia.
«Bebían mientras nos llevaban y luego paramos al lado de un arroyo cerca de Velika Kladuša, un municipio próximo a la frontera croata». Una vez allí, comenzaron los abusos.
«Nos pusieron cruces en la cabeza. A algunos les pintaron los bigotes o la frente» cuenta una de las víctimas. «Nos hicieron quitarnos ropa y zapatos, se llevaron nuestro dinero y los teléfonos y les prendieron fuego. Más o menos 10 de ellos se pusieron en fila y nos hicieron caminar por delante mientras nos golpeaban con palos y porras. Después, nos empujaron al río y nos dijeron que no regresáramos».
El Ministro de Interior de Croacia mandó un correo electrónico donde niega que la policía haya actuado con violencia con los migrantes, aunque añadió que se abrirá una «investigación detallada». 29 personas de las 33 personas entrevistadas por el Consejo Danés para los Refugiados «afirman haber sido golpeados con porras policiales».
«Una familia de dos (padre e hijo) afirma haber sido obligada a poner la cabeza entre el cuerpo y la puerta de un vehículo policial mientras los policías pegaban patadas a la puerta. La familia dice también que la policía croata disparó (7 veces) una vez habían cruzado nadando el río en dirección a Bosnia-Herzegovina».