El periódico francés ‘Le Monde’ ha analizado en un editorial la situación política dejada por la pandemia del Covid-19, llegando a una clara conclusión: Estados Unidos ha perdido el liderazgo mundial.
Según la publicación, el orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial «ya no se adapta a la realidad del equilibrio de poder del siglo XXI«. ‘Le Monde’ recalca que este sistema «ya era frágil antes de la crisis del coronavirus, señalando algunos el inicio de su dislocación en el colapso del bloque comunista en 1989«.
El fin de la Guerra Fría, la desaparición de la URSS y el surgimiento de China «desequilibraron gradualmente» un mundo basado en la dualidad estadounidense-soviética, de forma que «el orden bipolar fue sucedido por un desorden multipolar».
La pandemia pone de relieve el papel del gigante asiático, argumenta el medio, recalcando que «el retraso» de la Organización Mundial de la Salud a la hora de alertar al mundo sobre la pandemia puso de relieve «el dominio de Pekín sobre esta institución».
Además, la rivalidad entre China y EE.UU. se ha acentuado con las acusaciones recíprocas sobre el origen del Covid-19, hasta el punto de que «estas dos grandes potencias a menudo parecían desplegar más energía para enfrentarse entre sí, que para manejar mejor la crisis de salud dentro de su propia población».
Así, «EE.UU. ya no ejerce el papel que se había asignado a sí mismo en el siglo XX, el de liderazgo mundial». No obstante, la unidad europea tampoco «resistió el asalto del coronavirus». «Desarmada ante una pandemia que no ha podido ver venir, no ha logrado organizar la solidaridad para los estados miembros más afectados», argumenta el texto, apuntando que el «egoísmo» de los países miembro y el retorno de las fronteras «han puesto en peligro dos pilares de la Unión Europea«: el espacio Schengen y el mercado único.
«Abandonada por EE.UU., codiciada por China, fría con Rusia, Europa todavía cree en el multilateralismo», pero si su objetivo es participar en el desarrollo de un orden mundial más justo y seguro tras la crisis, «debe comenzar organizando su propia reconstrucción económica, en solidaridad y decididamente», zanja ‘Le Monde’.