«¿Les diré o no mi orientación real si ese tema surge en el aula?». Así comienza la anécdota de Nando López, un profesor de educación secundaria que hace 14 años se enfrentó a tal dilema con una increíble valentía: la decisión tomada obtuvo el aplauso unánime de todo Twitter.
Nando (@Nando_J) nos cuenta cómo las preguntas por parte del alumnado curioso no tardaron en aparecer al entrar en el nuevo colegio. «Profe, ¿estás casado?», «Profe, ¿tienes hijos?», le cuestionaban. «Podía haber esquivado la respuesta. Haber usado ese comodín de «No hablo de mi vida privada» que siempre me ha parecido una forma más de ocultación. Así que no la esquivé: «Tengo novio»«, relata el profesor.
https://twitter.com/Nando_J/status/1104673095397314560
«Pasé 10 (estupendos) años en ese centro, un instituto donde jamás tuve un solo problema con mi alumnado por el hecho de ser visible», asegura Nando, aunque agrega que solo hubo «algún roce» con compañeros de profesión y «con algún padre», que se quejó de que el profesor hiciera «proselitismo gay» en sus clases de literatura.
Sucedió que la pregunta, por supuesto, no tardó ni una semana en aparecer. Quienes damos clase sabemos lo rápido que toman confianza y comienzan a sacarnos datos de nuestra vida persona:
«Profe, ¿estás casado?»
«Profe, ¿tienes hijos?»
«Profe, ¿dónde dabas clase antes?»— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019
Podía haber esquivado la respuesta, claro. Haber usado ese comodín de «No hablo de mi vida privada» que siempre me ha parecido que es una forma más de ocultación. Un camuflaje práctico que jamás había usado en mis trabajos anteriores, en esas 2 editoriales donde sí fui visible.
— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019
Así que no la esquivé, respondí a su «Profe, ¿tienes novia» con un sencillo «Tengo novio» y, desde el primer momento, me mostré con naturalidad. Pasé 10 (estupendos) años en ese centro, un instituto donde jamás tuve un solo problema con mi alumnado por el hecho de ser visible.
— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019
Sí que hubo algún roce con algún compañero (apenas 2 o 3) e incluso con algún padre (los menos). Como el que, de modo anónimo, se quejó de que hiciese «proselitismo gay» (literal) en mis clases de literatura. Para demostrarlo, adjuntó una fotocopia que habíamos leído en Bach.
— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019
Una hoja con textos de Wilde, Kavafis, Proust, Mann, Virginia Woolf y, básicamente, la nómina de autores del XIX y XX del currículum oficial de Literatura Universal. ¿Me dio algún quebradero de cabeza? Sí, pero lo viví como una simple anécdota en medio de 10 años muy positivos.
— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019
Porque gracias a esa visibilidad elegida, fueron muchas y muchos los alumnos que vinieron a hablar conmigo y buscaban mi confianza para contarme lo que estaban viviendo, e incluso los padres que me citaban para intentar ayudar a sus hijos e hijas a sentirse libres. A aceptarse.
— Nando López (@Nando_J) 10 de marzo de 2019