Benjamín tenía 7 años y sufría cáncer cerebral, lo que le dejaba medio cuerpo paralizado. Los bomberos de Marbella, de forma totalmente altruista, le ayudaban cada mañana a bajar las escaleras de su edificio para ir al colegio.
La residencia del niño, su madre y su hermana de 12 años, un cuarto sin ascensor, dificultaba la vida de Benjamín, por lo que los bomberos subían a su domicilio y le cargaban hasta la calle. Por la tarde dos jóvenes hacían lo mismo para que el pequeño pudiera ir al parque.
El pasado viernes Benjamín falleció a causa de su enfermedad. Su madre, separada, no pudo hacerse cargo de los gastos funerarios. Pero los bomberos de Marbella le ayudaron una última vez. Estos habían recaudado 6.000 euros para el cambio de domicilio de la familia a un piso con mayor acceso a la calle, pero finalmente han ido a cubrir los gastos del funeral.