Hace unas semanas un niño de Usera (Madrid) que se tiraba por la ventana de su casa para acabar con su vida en sospecha de ser el acoso escolar el causante, planteaba un tema que por desgracia no solemos tener mucho en cuenta.
«Mamá, me voy, me robaban, me hacían la vida imposible», dejaba escrito el joven en una nota del móvil antes de suicidarse, poniendo directamente en el punto de mira el bajísimo presupuesto que se dedica a la educación para tratar temas como el bullying en clase. Las declaraciones de algunos niños nos daban alguna pista, quienes eran conscientes de las agresiones que sufría. O también nos decía algo la otra menor del mismo colegio que en 2017 también acabó con su vida por el acoso sufrido.
Hoy todo esto se confirma. Agentes del Grupo de Menores de la Jefatura Nacional en Madrid tomaron declaraciones a lo largo de estos últimos días a varios compañeros del alumno para poder determinar si efectivamente el acoso escolar fue quien llevó al joven al suicidio.
«Era un matón, insultaba, pegaba y robaba a todos nosotros y los profesores lo sabían pero miraban a otro lado«, indicaron varios de los compañeros en referencia al principal sospechoso de hacerle bullying, como el mismo fallecido indicaba en su nota de suicidio y como muchos de sus compañeros dieron fe.
A pesar de estas claras declaraciones, la Inspección Educativa ha expuesto que no existen evidencias o situaciones concluyentes que prueben que se haya producido un acoso escolar por otro estudiante y que fuera «determinante» en el suicidio del chico.