La reanudación de parte de la actividad económica no esencial que se llevará a cabo el próximo lunes ha generado un debate entre expertos respecto a los riesgos que esta medida puede conllevar.
Antoni Trilla, epidemiólogo y miembro del consejo de expertos que el Gobierno designó como asesores durante la pandemia, ha dicho a ‘El País’ que su equipo no ha sido consultado y que, a su juicio, «sería sensato» continuar con la paralización absoluta más allá de esta semana.
Por otra parte, Fernando Simón, portavoz de Sanidad, ha afirmado que «el comité científico desde su constitución ha discutido y valorado la evolución de la epidemia en sus diferentes reuniones y ha dado su opinión sobre diferentes aspectos relacionados con las propuestas de medidas realizadas por el Gobierno».
La decisión del Gobierno devuelve al país al primer estado de alarma, decretado el 14 de marzo. Así, se priorizará el teletrabajo cuando sea posible y continuarán cerrados locales de ocio en los que se reúna la gente, pero se reanudarán las actividades laborales e industriales.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha recordado las recomendaciones para la vuelta al trabajo, como primar el teletrabajo, escalonar las entradas y salidas, mantener la distancia de seguridad de un metro y priorizar métodos de transporte que permitan guardarla.
Por primera vez, el Gobierno ha aconsejado el uso de mascarillas, obedeciendo un informe de esta semana del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades. Su uso, aunque no será obligatorio, se recomendará en transportes públicos. El titular de Sanidad ha informado de que se comenzarán a repartir en los metros y autobuses a partir del lunes.
Antoni Trilla ha explicado que no tiene los elementos necesarios para valorar la medida y muchos expertos coinciden en que es necesario mantener el equilibro entre las medidas sanitarias para evitar la expansión y evitar en lo posible el hundimiento de la economía del país. «No estamos en fase de desescalamiento, seguimos en fase de confinamiento», ha recalcado Illa.
«El impacto del confinamiento extremo es muy grande y su prolongación limita la transmisión, pero tiene un coste muy alto. No lo podemos prolongar permanentemente», añade Joan Ramon Villalbí, epidemiólogo y expresidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria.
En lo que sí están de acuerdo la mayoría de los especialistas es en extremar la seguridad laboral: «El sistema de vigilancia tiene que estar extraordinariamente reforzado para que detecte la menor incidencia. Ante un caso, hay que hacer inmediatamente la prueba, con o sin sintomatología grave, para saber si está transmitiendo y aislarlo, de manera que interrumpamos esa transmisión. Y en seguida irnos a todos los contactos para hacerles la prueba también», ha afirmado Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS.
