Hace unos días, un médico recibía una nota en su puerta que le instaba a mudarse a un hotel mientras dure la pandemia. El motivo que esgrimían es que en el edificio viven ancianos y niños, y el sanitario «debería pensar en sus vecinos».
Esto parecía un caso aislado de un vecino poco empático y maleducado, pero desgraciadamente parece que la tendencia empieza a extenderse. Míriam Armero, una trabajadora de supermercado, ha recibido una nota similar en la que se la invita a abandonar su casa mientras dure la enfermedad.
«Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto, ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgos«, reza la carta.
La afectada ha contestado a sus vecinos con otro mensaje escrito en el que les pide «empatía» y les recuerda que gracias a su trabajo pueden comer cada día. La mujer ha calificado este gesto de «cobarde» y ha amenazado con denunciar a la comunidad salvo que los autores de la carta se identifiquen.
Lo que más le ha dolido a esta vecina de Cartagena es que la nota la recogió y la leyó su hijo de 10 años, tras lo cual rompió en llanto pensando que les iban a echar a la calle.