217 personas han sido heridas en los ojos por impactos de perdigones o balas de goma disparados por carabineros en las protestas de Chile desde el 18 de octubre. Una cifra que ha batido récords mundiales, incluyendo Israel, Palestina o Gaza.
«El número de heridos oculares es tal que a uno le hace pensar que es intencional», dijo Ennio Vivaldi, rector estatal de la Universidad de Chile. «Los que reciben los balines no son los que provocan los incendios o los que saquean, son los que se manifiestan pacíficamente», agregó.
#ChileNoSeRinde devuelvannos los ojos, más de 200 personas perdieron sus ojos en represión eb Chile pic.twitter.com/iaJGDFeNxM
— Gabriela Bard Wigdor (@BardWigdor) November 14, 2019
La Sociedad Chilena de Oftalmología (Sochiof) aseguró que hasta este viernes pasado, ellos trataron 192 pacientes con trauma ocular severo. De ellos, 94 presentaban una disminución severa de la visión, 34 tuvieron una ‘herida penetrante o un estallido ocular’, y 29 perdieron completamente la visión del ojo afectado. A esta cifra hay que agregarle otros 55 casos más en otros centros médicos.
🔴 [Última actualización] Cifras recopiladas directamente por el INDH en observaciones a manifestaciones, comisarías y centros de salud, desde el jueves 17 de octubre hasta las 12:30 horas del viernes 15 de noviembre. pic.twitter.com/hifkuXn8IW
— INDH Chile (@inddhh) November 15, 2019
«A nivel internacional, haciendo una revisión de los últimos 27 años, […] incluyendo Israel, Palestina, Gaza, entre otros muchos otros, en total son más de 1.900 lesionados por balines, y de ellos unos 300 tenían lesiones oculares», afirma el doctor Dennis Cortés, presidente de la Sochiof, para luego dejarnos helados: «Nosotros alcanzamos la mitad de ese número en dos semanas». Las cifras chilenas están por encima del número de afectados durante la crisis francesa de los chalecos amarillos y las protestas de Hong Kong.
Rosa Valsec, oftalmóloga, asegura que «el número de traumas severos es impresionante». Cuenta que los proyectiles impactan «con mucha fuerza», que son disparados desde muy corta distancia y generan una «brutal» destrucción. «Muchos pacientes van a necesitar cuatro o cinco operaciones y rehabilitación intensa porque cuando se pierde un ojo hay que reaprender las distancias y la orientación espacial», lamenta Valsec.