El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha revelado una significativa disminución en el número de fieles de la Iglesia católica en España tras la pandemia de coronavirus.
A la pregunta «¿Cómo se define usted en materia religiosa: católico/a practicante, católico/a no practicante, creyente de otra religión, agnóstico/a, indiferente o no creyente, o ateo/a?», el CIS ha reflejado un trasvase de casi cinco puntos y medio entre el segundo de esos grupos y los tres últimos, mientras el primero perdía más de uno y medio. Siete puntos, en un país con 47,43 millones de habitantes, son más de 3,3 millones de personas.
Desde el comienzo de la pandemia, el porcentaje de católicos practicantes ha pasado del 20,4% al 18,8%, mientras que el de los no practicantes ha caído del 46,6% al 41%.
Mientras que los creyentes de otras religiones se han mantenido relativamente estables por debajo del 3%, la suma de los ateos, agnósticos y los indiferentes se situó por encima de la tercera parte de la población, aumentando enre dos y cuatro puntos en cada uno de estas categorías.
El CIS ha reflejado el rápido avance de la población hacia la laicidad. En 1999 se describían como católicos el 83,6% de los españoles, mientras que en 2019 lo hacían el 66,9%; un desplome de más de 16 puntos.
