La pandemia del Covid-19 está teniendo efectos desastrosos no solo sanitarios, sino económicos y sociales. Los principales afectados son los grupos más vulnerables de la sociedad, la gente con menos recursos, los mayores y las mujeres.
Un informe de ONU Mujeres titulado: «COVID-19 y género: ¿qué sabemos, qué necesitamos saber?» ha destacado el caso de España en la brecha de género de contagios del virus. Un 73,6% de las sanitarias que tienen o tuvieron la enfermedad son mujeres, según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, con fecha 16 de abril.
La directora de la División Intergubernamental de Políticas y de Programas de ONU Mujeres, Sarah Hendricks, ha recordado que en España el 70% del trabajo sanitario y el sector de los cuidados es desempeñado por mujeres, así como que estas realizan tres veces más trabajos no remunerados que los hombres.
«Cuando los sistemas sanitarios están saturados, se añade una mayor carga al cuidado en el hogar y esta carga recae generalmente en las mujeres», ha alertado Hendricks.
ONU Mujeres también considera «probable» que aumente la violencia machista y la explotación sexual, una tendencia usual «cuando los hogares están bajo presión», como está sucediendo en este momento ante la expansión del coronavirus.
En los países con rentas medias y bajas, el riesgo potencial se incrementa, entre otros motivos por la mayor implicación de las mujeres en trabajos no formales, «que sufren un mayor impacto en tiempos de crisis», o no remunerados.
«El confinamiento puede dejar a las mujeres sin poder lograr un sustento y cubrir las necesidades básicas de sus familias, como hemos visto en la crisis del ébola», afirma la dirigente de ONU Mujeres.
No obstante, Hendricks asegura que no es adecuado generalizar y «comparar» por países porque puede haber mujeres y niñas que vivan «en mundos diferentes» dentro de un mismo país, ya sea por su nivel de renta, por su residencia geográfica o su raza.
«La experiencia de otras enfermedades muestra que una mayor carga de las mujeres en los cuidados incrementa el riesgo de infección«, explica Hendricks, quien admite que «no hay datos específicos» en el caso de la pandemia actual, aún en fase inicial.
«Las mujeres están en la primera línea de la respuesta y asumen mayores costos físicos y emocionales, así como un mayor riesgo de infección en la respuesta a la crisis», asegura un informe de Naciones Unidas sobre la incorporación de las mujeres en la respuesta a la emergencia sanitaria.
«En la crisis del ébola, las mujeres tenían más posibilidad de infectarse por asumir predominantemente el rol de cuidadoras de familiares y también las labores en primera línea sanitaria», apunt por su parte un artículo de ‘The Lancet’, que recalca que el 90% de las trabajadoras de la sanidad en Hubei, la provincia en la que se encuentra Wuhan, son mujeres.
El porcentaje medio de mujeres en enfermería de Atención Primaria es del 78,68% y alcanza el 96% en la comunidad de Navarra, según las cifras oficiales de Sanidad del año 2017. Las cifras se equilibran entre los médicos especialistas, aunque siguen habiendo más facultativas: un 51% de médicas en hospitales y un 59% en medicina de familia en centros de salud.
Esta distribución no es exclusiva de España. La ONU registra números parecidos en toda Europa y aún más desiguales en América (con solo un 14% de enfermeros).