Stuart Christie, el anarquista escocés que intentó asesinar al dictador Francisco Franco y miembro de la Angry Brigade, falleció el pasado sábado 15 de agosto a sus 74 años tras no superar un cáncer de pulmón.
Fue detenido en 1964 en Madrid con explosivos plásticos y detonadores mientras se dirigía a atentar contra Franco en el Santiago Bernabéu durante la final de la Copa de España.
Su carrera comenzó a los 16 años, cuando se afilió a la Anarquist Federation de Glasgow y sus 18 llegó a Madrid para unirse a Defensa Interior, un grupo de acción clandestino de la Confederación Nacional del Trabajo que estuvieron implicados en un intento de magnicidio de Franco.
Viajó a Madrid desde Londres con una mochila llena de explosivos: «Llegué a Madrid, fui a tomar un café a la Puerta del Sol, y luego caminé a las oficinas de American Express. Cuando entré, vi al menos cuatro o cinco hombres con lentes oscuros y recuerdo que pensé que debía tener cuidado», explicó a la BBC, en el programa Testigo.
«Fui a la oficina y presenté mi pasaporte a la chica en el mostrador y cuando iba a tomar el documento la detuvieron sus superiores que interceptaron la carta con instrucciones. En ese momento supe que había caído en una trampa«, contó a la televisión.
Los agentes secretos de Franco se habían infiltrado en los grupos de exiliados de París y Londres y ya estaban al tanto del plan. Fue condenado a muerte por garrote vil, una tortura que consistía en la estrangulación mecánica lenta con un collar de hierro. Su condena fue finalmente rebajada a 20 años de prisión.
Tras salir de prisión en 1967, se unió a la Angry Brigade y se ocultó en la isla de Sanday, en el archipiélago de Orkney, donde se casó, trabajó y continuó sus estudios. Poco después fue absuelto y retornó a la política activa, fundando Cruz Negra Anarquista, el periódico Black Flag, las revistas Cienfuegos Press, Anarchist Review, The Free-Winged Eagle y la editorial Cienfuegos Press, que hoy se llama ChristieBooks.